No es fácil creer que una Dieta puede mejorar la calidad de vida de tu hijo. Sin embargo, cuando la probás y pasan unos meses y ves cambios radicales, empezás a creer que se produjo un milagro. Sin embargo, mientras esta Dieta se está poniendo de moda en el mundo entero por su eficacia para perder peso, para algunos que la vienen transitando desde hace años como tratamiento de su enfermedad, les llega un momento en que continuarla se les hace demasiado cuesta arriba.
La Dieta Cetogénica no es un camino fácil de andar. Al principio, es difícil tomarle la mano, todo es tan exacto que el que cocina parece un brujo, buscando las medidas exactas para que lo que prepara tenga el efecto soñado, mientras los niños pasan de gustarle algo a no gustarle, volviendo loco al «cocinero». Después, uno se relaja, vas viendo cambios y la vida continúa.
Leyendo las emociones y sentimientos de padres que desde hace más de diez años que están en Dieta con sus hijos (y sí, porque si bien los hijos son los que hacen la Dieta, los padres haciéndola o no, también la padecen), se puede percibir que ya el enamoramiento de los primeros años con la Dieta se esfumó, y que ahora piensan en cómo lograr salir de ella. Algunos comienzan a pasar de la Cetogénica a la Atkins, otros utilizan aceite MCT, o también se están conociendo productos bebibles específicos para subir cetonas, entre otras cosas.
Sobre todo, esto se comienza a plantear cuando empiezan a transitar la pubertad. De hecho, hasta los propios médicos advierten que esta etapa en la vida de un niño puede ser un momento muy difícil para continuar con la Dieta Cetogénica.
¿De qué dependerá? Es difícil predecirlo. Escuchar y compartir experiencias de otros es sumamente productivo y enriquecedor, pero cada persona es única y vivirá la Dieta a su manera. Viendo lo que viven otros, se puede tener en cuenta lo que «puede pasar», pero también está bueno pensar que quizás no pase.
Probablemente, nunca imaginaste que tu hijo iba a tener una enfermedad y que el tratamiento podía ser una Dieta, que por ahora los médicos es lo único que dan por seguro para el Glut 1. Entonces, ¿por qué alarmarse antes de tiempo por algo que no sabemos si va o no a pasar?
Los padres estamos siempre buscando cómo mejorarle la calidad de vida a nuestros niños y eso es algo que no podemos abandonar nunca pero en el medio debemos encontrar el equilibrio entre lo que vemos que le sucede y lo que podría suceder.
julio 30, 2019 at 1:19 pm
Yo la modificación de la dieta la veo como un tratamiento. Pero el no hacerla la veo como darle o permitirle a mis hijos (tengo dos niños con dieta) que consuman algo que los «envenena». Porque alguien comería algo que le hace mal?
Así como una persona con diabetes o con celiaquia hace dieta de por vida. Es lo mismo. Es pensar de otra manera. No les prohibimos alimentos. Les enseñamos a comer lo que es saludable para ellos .
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