Los primeros años en los que transitas la Dieta Cetogénica son un tanto abrumadores. Ves como en ocasiones las porciones disminuyen, la comida nada en aceite y lo que hay en el plato de tu niño es poco menos que tentador. A eso puedes sumarle la gente a tu alrededor que te dice por lo bajo: «Pobre, ¿eso va a comer?».
¿Cómo lo convences entonces de que tiene que comer todo lo que le serviste en el plato, si hasta tú lo ves horrible? A veces sentarse a darle de comer a tu niño se vuelve una batalla cansadora. La realidad es que ni tú quieres probarlo, además de que no puedes hacerlo para no sacarle gramos de su alimento. Entonces, ¿qué hacemos? En primer lugar, ejercitar la paciencia y no ahogarnos en un vaso de agua. Los médicos nos están indicando que la Dieta es el tratamiento para nuestros niños, que con eso se avanzará, y mucho, y realmente ya somos varios los que podemos dar testimonio de eso.
Luego, hay que usar la creatividad.
¿Qué comidas le gustaban a tu niño antes de empezar la Dieta? O, ¿cuáles le gusta ahora? En base a eso, tienes que investigar la forma de hacerle «algo parecido».Y aquí seremos la tortura de las nutricionistas. Insistan, busquen, investiguen, prueben.
Por ejemplo, el verano pasado Tomy nos pidió tomar licuado de frutas porque veía a sus primas hacerlo, hasta que logramos una receta. Claro que ni se asimila a la tradicional que usamos aquí pero a la vista puede parecer igual. También, antes de iniciar la Dieta, el plato favorito de Tomy eran lo que llamamos «ñoquis»: una pasta hecha con papa, huevo y harina. Esto pudimos reemplazarlo haciendo algo parecido con la Ketocuisine.
Hay que buscarle la vuelta, se puede.
Otra cosa que puede ser clave es realzar la comida con especias que logren opacar de alguna manera el gusto a grasa.
Por otra parte, cuando uno sale a comer a un restaurante, si lo que te sirven viene bien presentado ya exclamas: «Qué rico!», aunque probablemente ni siquiera lo hayas probado. Es cierto que la comida muchas veces entra por los ojos, así que una buena presentación del plato que le darás a tu niño también pueda ayudar.
Quizás si es muy pequeño, armarle formas con la comida y decirle que esta comiendo un auto o una señora con sombrero, pueda parecerle divertido y quedarse con esa idea, mientras come. También si utilizas moldes de figuras o personajes o inclusive varías las presentaciones puede ser útil.
Es realmente odioso tener que tirar comida que te llevó un buen rato prepararla, pero más frustante es ver que a tu hijo no le gusta lo que hiciste, y que pese a eso, lo tiene que comer.
Paciencia, creatividad, perseverancia y a cocinar!
noviembre 19, 2015 at 1:50 pm
Excelente la nota Lu !
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noviembre 30, 2015 at 10:24 pm
LE agregaría al artículo la importancia que tiene precisamente el ánimo con que el «cocinero» presenta su menú , el que obviamente entusiasma a quién debe consumirlo.Nuevamente el esfuerzo de los padres esta presente como un sostén importantísimo para el éxito de su tarea ya que los comensales captan la bondad de su empuje y acometen con mucha predisposición esos platos necesarios para su atención.
¡VAMOS PAPÁS QUE EL PREMIO ES MAS GRANDE QUE TODOS LOS ESFUERZOS QUE HACEN!!!!!(EL PAPÁ DEL PAPÁ DE TOMY)
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